Soledad Onetto da cuenta que hay un antes y un después de la llegada de Borja a su vida en marzo de este año. En una entrevista cercana con Revista Velvet, el rostro ancla de prensa de Canal 13 comparte que antes concebía como único camino para alcanzar metas y resultados el sacrificio, la perfección y un dominio completo de todos los escenarios posibles, en los que ni siquiera disfrutaba los procesos. El giro completo en su vida, es la maternidad y que ella no deja de disfrutar y compartir esa alegría en redes sociales.

En este diálogo cercano junto a la periodista Paula Palacios, Onetto hace una revisión de momentos que han sido importantes en su vida personal y laboral. Tras su separación matrimonial y junto a su nueva pareja, el abogado Andrés Barrios, quien ya tenía tres niños y conoció hace varios años por temas profesionales, decidieron en 2021 tener un hijo en común. En ese entonces, Sole tenía 45 años, así que recurrieron a los óvulos que la animadora había congelado tiempo atrás a modo de prevención. El 30 de diciembre de ese año sorprendió en redes sociales con el anuncio de su mejor noticia: sería mamá… Sin embargo, a las pocas semanas, ella misma comunicó que ese embarazo no había logrado avanzar.

Una pérdida que conmovió al país entero. Además, siempre fue muy reservada con su vida privada, por lo mismo, que haya compartido una noticia tan íntima y dolorosa, hizo que la gente se involucrara en su proceso de maternidad. Cabe destacar que en septiembre del año pasado la pareja anunció desde París, que esperaban al pequeño Borja, quien ya cumplió los 9 meses y que ella no duda en compartir su maternidad en redes sociales.

“Los primeros meses fueron intensos. Era todo tan distinto que sentía que vivía una vida prestada; que estaba interpretando un rol en una serie de Netflix… Pero siempre disfrutándolo, adaptándome a esta nueva etapa, creciendo a pasos agigantados. Si ya sentía que había crecido y en lo psicológico me había desprendido de varias cosas, ahora maduré mucho como mujer”, reflexiona.

Cuando se le consulta sobre el crecimiento del que habla, asegura: “Hace tiempo que me siento muy cómoda conmigo, con la mujer que soy. Ya no me cuestiono tanto si las cosas están bien hechas o no; estoy más relajada. Por ejemplo, antes habría llegado a la sesión de fotos de esta entrevista con toda la ropa y zapatos clasificados, muy clara con lo que me iba a poner, dominando la situación. Hoy, en cambio, tengo cero control; muy entregada. Lo único que intento “controlar”, dentro de lo que se puede, es que Borja esté bien; el resto, ¡es un descontrol total!”

Y agrega: “Aprendí a disfrutar el proceso, más que los resultados. Ahora, no quiero renegar de quién fui, porque estaba convencida y actué con convicción. Viví una etapa como pensaba había que vivirla. Esta evolución es parte de la madurez, del aprendizaje”…

Respecto a cómo se ve hoy, la periodista dice “Básicamente, hoy soy la mamá de Borja; yo ya estoy en segundo plano… Todos preguntan por él; cuando estoy en la calle le desean buenas energías, lo quieren ver, tocar. Estoy muy contenta de ser su mamá. Un rol que me ha sorprendido, fascinado, ilusionado ¡y también aterrado!”.

En relación a los temores como mamá primeriza, Onetto comparte con Velvet. “Han ido mutando. Ya dejé esa etapa terrorífica inicial de que podía ahogarse, y que se vuelve inmanejable porque lo veo muy chiquitito; piensa que nació de 37 semanas. Hoy, como todos me anticipan de que pronto caminará, mis temores son que no vaya a meter los dedos al enchufe o que le pase algo. Pero volviendo a lo mismo, entiendo que no puedo controlar. Queremos que sea feliz; es un niño alegre, se levanta contento todos los días… Ser mamá a los 47 tiene una desventaja: tienes menos energía. No obstante, siento que la he sacado no sé de dónde, como que he rejuvenecido, ¡no sé cómo! Pero, insisto, la gran ventaja ahora es el nivel de madurez en que me encuentro. A los 20, 30 habría sido una mamá insoportable. Miro para atrás y me veo en esa perfección que tenía. Habría vuelto loco al entorno, a Borja, a mí, ¡a todo el mundo!”.

Cuando se le consulta si siente que ha postergado algo en su vida, la figura de Canal 13 asegura que se siente plena. “Siento que la vida me fue preparando para este rol, porque en ningún caso he sentido que perdí algo, que ya no existo o que se murió una Sole y nació otra. ¿Y sabes por qué? Porque siempre he vivido un poco en torno a los demás…”.

También se refiere a que en redes sociales, ha sido muy activa en aconsejar a las mujeres a que “congelen sus óvulos” dada su propia experiencia, la cual comparte en esta entrevista. Me he preocupado de hablarles al grupo etario de mujeres másjóvenes de 28 años y que quieren ser mamás, que tomen conciencia. Loque no quiero es que quede la idea de “si la Soledad Onetto tuvo guaguaa los 47, yo puedo esperar hasta los 47”. El problema es que biológicamente,entre los 30 y 35 años, la producción de óvulos cae drásticamente, y de eso no se salva nadie. Entonces, si está la posibilidad y los recursosmientras se hacen gestiones para que lo cubra las isapres, que lasmujeres congelen sus óvulos porque evidentemente van a postergar sumaternidad. Es lo que está pasando en el mundo. En momentos que conAndrés decidimos tener un hijo, mi deadline (“plazo final”) era ser mamá alos 45. Pero, una vez más, la vida te enseña: había funcionado todo, sinembargo, a los tres meses de embarazo perdimos a nuestro hijo”.

Finalmente respecto a la pérdida que tuvo, Soledad revela “Fue muy devastador y demoledor para ambos. Cada uno en su duelo propio… Como bien me dijo un amigo que perdió a una hija, el duelo es el mismo río, pero va en canoas distintas, cada uno vive su proceso. Y bueno, por eso me extendí un poco. Entonces ya en el segundo intento, en que nace Borjita, yo tenía 47”.

Cuando le consultan si está pensando en tener otro hijo, la periodista lo descarta totalmente. “Ninguna posibilidad! Ni me lo planteo. Tengo tanto trabajo y Borja me demanda el 99 por ciento de energía y, aun así, la poca que me queda también es para él; así es que no”.

Y agrega: “Son procesos dolorosos, psicológicamente muy desgastantes donde, además, la mujer está sometida a una serie de hormonas que te cambia todo, ¡hasta el humor! Es también solitario, aunque cada uno debe vivirlo como lo siente. En mi caso, soy mucho de soledad. Que esto fuese entre Andrés y yo, que lo conversáramos nosotros y no lo compartiéramos mucho no tenía que ver con no ilusionar al resto, sino con nuestra forma de ser. Y me pasó que después de la pérdida, quería estar muy sola. Quería conversar y llorar conmigo, sola, sola… Vivir la pena. Todos son súper cariñosos, te llenan de energía, pero las preguntas resultan incómodas cuando no tienes las respuestas”.

En la edición de revista Velvet que estará desde el 05 de noviembre en kioskos, destaca el testimonio exclusivo del huérfano del Crillón, el hijo único de la víctima del desaparecido hotel capitalino que resurge por la nueva película de la directora Maite Alberdi para Netflix.

Desde Estados Unidos, la familia Araneda-Vacarezza se dan un tiempo para conversar con Velvet sobre su nueva vida, el amor de pareja, los desafíos profesionales y el hacer familia fuera de Chile.

Además, una entrevista exclusiva a Julia Navarro, la periodista española que a los 50 años decidió ser escritora. Es la autora superventas y acá habla sobre sus pasiones, su experiencia con la maternidad y su más reciente novela, “El niño que perdió la guerra”.

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