Los bioestimuladores son compuestos que se inyectan en la capa más profunda de la piel para fomentar la estimulación del desarrollo del colágeno y, a diferencia de los rellenos comunes, buscan producir la formación de este componente en la piel más que rellenar.
“A partir de los 25 años se comienza a perder entre 1 y 2% de colágeno al año, por lo tanto, a los 50 años se ha perdido un 30%. Es por esto que se recomienda realizar bioestimuladores desde una edad temprana. Pero si ya se tienen 50 años, nunca es tarde para comenzar”, indica la doctora Claudia Avaria, Cirujano Dentista y especialista en medicina estética, de Clínica Avaria.
¿Cómo afecta la pérdida de colágeno a la piel?
Uno de los primeros cambios visibles es el soporte a los tejidos, y se refleja en flacidez, pérdida de volumen, adelgazamiento de la piel y músculos. Además, la barrera protectora de la piel se debilita, la epidermis pierde humedad y su elasticidad disminuye, lo que conlleva una serie de afecciones como dermatitis, alergias, sequedad en zonas como el contorno de los ojos y otras molestias.
“Es un procedimiento mínimamente invasivo, donde se pueden reintegrar a sus actividades diarias de forma inmediata, y el proceso de formación de colágeno es gradual en el tiempo (por lo general toma de 1 a 3 meses que se forme el colágeno y se note el resultado) lo que hace que el resultado sea muy natural”, enfatiza Avaria.
Este tipo de intervenciones debe ser llevada a cabo en recintos de salud especializados y certificados. Se recomienda consultar el listado de clínicas y hospitales disponibles en el sitio web (www.ASRM.CL) , donde se encuentran registrados los centros de salud que cuentan con la autorización sanitaria
correspondiente.
Asimismo, se sugiere verificar que el profesional encargado de llevar a cabo la intervención quirúrgica esté debidamente inscrito en el Registro Nacional de Prestadores Individuales de la Superintendencia de Salud.